sábado, 1 de octubre de 2011

estimulacion temprana : diciplina cientifica

Una disciplina científica



Si hablamos de Estimulación Temprana (ET) debemos, en este momento, distinguir entre aquello que constituye una disciplina científica, interactuante con y desde otras ramas de la ciencia (pediatría, genética, psicología, psicopedagogía, fonoaudiología, psicomotricidad, etc.) de aquello que nos sugieren ambos términos “estimulación” más “temprana”, desde un lugar no profesional y no destinado a ocuparse de patologías del desarrollo.

La ET como disciplina supone una actividad terapéutica que asiste al bebé hasta los 36 meses, en situación de riesgo por enfermedad o alteraciones en su desarrollo. Implica una complementariedad disciplinaria necesaria para atender las complejidades de las áreas estructurales del desarrollo y un planeamiento y acomodamiento a las circunstancias únicas y particulares de cada niño y su familia. Se trabaja desde una concepción del ser humano como totalidad, integrado, no fragmentado en dichas áreas de desarrollo. No hablamos de aspectos escindidos de la personalidad ni de un niño aislado en sus particulares condiciones de patología; ni de un niño sometido al pronóstico estadístico que dicta una cifra en un libro citando el sindrome, enfermedad o dificultad que lo afecta. Pensamos en la ET como facilitadora de los procesos de armado y estructuración de la personalidad, comprometiendo todos sus aspectos: lo físico, lo emocional, lo intelectual, lo vincular, lo psíquico. Para ello partimos respetando lo que el niño trae y dejando que él, su familia y el terapeuta, encontremos el particular camino para optimizar su crecimiento.